Templo Daigo-ji (Japón)
Es un templo budista Shingon de Fushimi-ku, kioto, japón.Su objetivo de devolución principal es el buda de la medicina Daigo.
Daigo-ji fue fundado en el año 874, a principios del período Heian, por Rigen-daishi.
Después de haber caído enfermo y abdicado en el año 930, el emperador Daigo entró al templo como monje budista, para lo cual se cambió el nombre a Hō-kongō; falleció poco después, a los cuarenta y seis años de edad. El nombre del templo fue cambiado a Daigo y el antiguo emperador fue sepultado en el lugar.
Daigo-ji también es famoso por el Manto-e (la ceremonia de las diez mil luces). Esta ceremonia forma parte del festival de Obon, el periodo de tres días en el que los muertos vuelven para visitar a sus familiares, una festividad no demasiado distinta a la celebración católica de Todos los Santos.
El Obon es uno de los tres periodos vacacionales más importantes de Japón y se celebra del 13 al 15 del séptimo mes que, según el calendario solar, coincide con julio, pero según el calendario lunar utilizado antiguamente, se correspondería con el mes de agosto. Por eso, según la región, podrás ver celebraciones del Obon en meses distintos.
Durante esos días, se cree que las almas de los difuntos regresan a su antiguo hogar. Hay que ayudarles a que lo encuentren, recibirles como es debido y guiarles de vuelta al mundo de los muertos para que no se queden atrapados en un mundo al que ya no pertenecen. A pesar de lo tétrico que puede sonar, el Obon es una celebración feliz, en sintonía con la filosofía budista en la que la muerte es parte del círculo de la vida. Las familias se reúnen y la música, el baile y la comida abundan.
Como la mayoría de tradiciones japonesas, el Obon conlleva una serie de rituales. Hay que empezar limpiando la casa (la limpieza y la pureza son partes esenciales del sintonismo). A modo de ofrenda, delante del butsudan (el altar budista de la familia) se colocan una serie de alimentos entre los que no suelen faltar las bolas de arroz, los pepinos, las berenjenas y el sake. El arroz y el sake son para los difuntos y la berenjena y el pepino simbolizan una vaca y un caballo respectivamente. Se cree que los espíritus llegan a caballo porque están impacientes por reencontrarse con sus seres queridos, pero se marchan en vaca, lentamente, apenados por dejar atrás a su familia. También se encienden chouchin (farolillos de papel) en las puertas de las casas y se quema senko(incienso) para ayudar a los antepasados a encontrar el camino a sus casas. En Kioto, el día en que se despide a los espíritus, se encienden hogueras en cada una de las colinas que rodean la ciudad para guiarles en su camino de vuelta. Ese día, tras las celebraciones, las familias llevan chouchin con el emblema familiar a las tumbas de sus difuntos y se reúnen al anochecer para lanzar los farolillos al río o al mar también con el fin de servir de guía al mundo de los muertos.
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